Malva Rosa es parte de la serie Jardín Secreto, una colección que nace de la interpretación personal que la artista hace del universo de Monet y su jardín en Giverny. En esta serie, la naturaleza no se retrata literalmente, sino como un reflejo emocional y simbólico: un espacio íntimo donde lo sensorial y lo espiritual se entrelazan.
En esta obra, una flor se despliega en veladuras de malva, fucsia, turquesa y dorado, emergiendo desde un fondo etéreo que evoca atmósferas de ensueño. Cada trazo sugiere movimiento, luz y vida. La flor se convierte en metáfora de lo que florece en lo profundo, de lo que crece en silencio y transforma.
Malva Rosa también dialoga con el universo de Aral, donde el arte se fusiona con la moda y lo cotidiano se vuelve extraordinario. Es una invitación a habitar el arte no solo con la mirada, sino también con el alma.
